Fumar: Cómo afecta la salud y vías para detenerse

Fumar

El hábito de fumar se remonta a tiempos prehistóricos, cuando el ser humano descubrió el fuego y empezó a quemar plantas con fines rituales, medicinales o recreativos. Se cree que el tabaco fue introducido en Europa por los exploradores españoles que lo trajeron de América en el siglo XVI. Desde entonces, su consumo se extendió por todo el mundo y se convirtió en un negocio lucrativo para las industrias tabacaleras.

En este post te explicamos qué es fumar, cómo afecta la salud y cómo dejarlo. Esperamos que te sea útil y que te anime a dar el primer paso hacia una vida más sana y feliz.

Sobre el hábito de fumar:

  • Es una adicción que afecta a la salud física y mental de las personas que lo practican.
  • Aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, respiratorias y algunos tipos de cáncer.
  • Perjudica a las personas que conviven con los fumadores, ya que se exponen al humo del tabaco y sus sustancias tóxicas.
  • Dejar el hábito es posible con ayuda profesional, motivación y apoyo social. Además, tiene beneficios inmediatos y a largo plazo para la salud y la calidad de vida de los exfumadores y sus familiares.

¿Qué es “fumar”?

Fumar es el acto de inhalar y exhalar el humo producido por la combustión de una sustancia, generalmente tabaco, en forma de cigarrillos, pipas, puros, etc. Esta es una práctica muy extendida en el mundo, pero también muy perjudicial para la salud de las personas que lo hacen y de las que les rodean.

También tiene consecuencias negativas para el medio ambiente, ya que contribuye a la contaminación atmosférica y a la generación de residuos como las colillas, que tardan años en degradarse y pueden provocar incendios. Además, el cultivo del tabaco implica el uso de grandes cantidades de agua, pesticidas y fertilizantes, lo que afecta a la biodiversidad y al equilibrio ecológico.

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10 razones para no fumar

Estas son algunas de las razones que puedes valorar si eres una persona que fuma. Estas te servirán para mejorar tu calidad de vida:

  • Aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón, boca, garganta, esófago, vejiga y otros órganos.
  • Daña el sistema cardiovascular, provocando enfermedades como la hipertensión, el infarto, el ictus y la arteriosclerosis.
  • Afecta la salud respiratoria, causando bronquitis crónica, enfisema, asma y otras afecciones pulmonares.
  • Reduce la capacidad física y el rendimiento deportivo, al disminuir el oxígeno que llega a los músculos y al corazón.
  • Perjudica la fertilidad y la función sexual, tanto en hombres como en mujeres, al alterar los niveles hormonales y la calidad del esperma y los óvulos.
  • Envejece la piel y el cabello, al reducir el flujo sanguíneo y la producción de colágeno y elastina, lo que provoca arrugas, manchas y pérdida de brillo.
  • Deteriora el sentido del gusto y del olfato, al dañar las células receptoras de las papilas gustativas y las mucosas nasales.
  • Afecta la salud bucal, al provocar halitosis, caries, gingivitis, periodontitis y pérdida de dientes.
  • Perjudica la salud de las personas que nos rodean, al exponerlas al humo de segunda mano, que contiene más de 4000 sustancias tóxicas y cancerígenas.
  • Supone un gasto económico importante, que se podría invertir en otras actividades más saludables y placenteras.

¿Cuáles son las posibles razones por las que las personas comienzan a fumar?

Algunas posibles razones por las que las personas comienzan a fumar son:

  • La influencia social: muchas personas empiezan a fumar por presión de sus amigos, familiares o compañeros de trabajo, que les ofrecen cigarrillos o les hacen sentir que fumar es una forma de pertenecer a un grupo o de ser más aceptados socialmente.
  • La curiosidad: algunas personas sienten curiosidad por probar el tabaco y experimentar sus efectos, ya sea por imitar a otras personas que fuman o por buscar nuevas sensaciones.
  • El estrés: algunas personas recurren al tabaco como una forma de aliviar el estrés, la ansiedad, el aburrimiento o la frustración, creyendo que fumar les ayuda a relajarse o a afrontar los problemas.
  • La publicidad: la industria tabacalera utiliza diversas estrategias de marketing para promover el consumo de tabaco, especialmente entre los jóvenes, presentando el hábito de fumar como algo atractivo, divertido, moderno o sofisticado.
  • La dependencia: algunas personas se vuelven adictas al tabaco después de haber fumado durante un tiempo, debido a la nicotina, una sustancia que genera dependencia física y psicológica. Esto hace que les resulte difícil dejar de fumar o que sientan síntomas de abstinencia cuando no lo hacen.

Riesgos de fumar en la adolescencia

Fumar en la adolescencia puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de los jóvenes. Entre ellos, se encuentran:

  • Aumento del riesgo de cáncer de pulmón, boca, garganta y otros órganos.
  • Disminución de la capacidad pulmonar y respiratoria, lo que puede afectar al rendimiento deportivo y académico.
  • Mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, infarto o accidente cerebrovascular.
  • Alteraciones en el crecimiento y el desarrollo, ya que el tabaco puede interferir con la producción de hormonas y el calcio de los huesos.
  • Adicción a la nicotina, que puede generar dependencia psicológica y dificultar el abandono del hábito en el futuro.
  • Efectos negativos sobre el estado de ánimo, la autoestima y las relaciones sociales, porque el tabaco puede provocar ansiedad, depresión, irritabilidad y aislamiento.

Por estas razones, es importante prevenir el inicio del consumo de tabaco en la adolescencia y ofrecer apoyo a los jóvenes que quieran dejar de fumar. El tabaquismo es una enfermedad prevenible y tratable, y cuanto antes se deje, mejor será para la salud y la calidad de vida.

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando fumas por primera vez?

Cuando fumas por primera vez, tu cuerpo experimenta una serie de cambios que pueden provocar síntomas como mareos, náuseas, tos, irritación de la garganta y los ojos, aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, disminución del oxígeno en la sangre y el cerebro, y dependencia de la nicotina. 

Estos efectos pueden variar según la cantidad y el tipo de tabaco que se consuma, así como la edad, el peso y el estado de salud de la persona. Fumar también aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias, cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Por eso, lo mejor es evitar fumar o dejarlo lo antes posible, para prevenir o reducir los daños que causa en el organismo.

¿Fumar tiene algunos beneficios a corto plazo?

En general, se puede decir que los beneficios a corto plazo del tabaco son muy escasos y poco significativos, mientras que los riesgos y los daños son muy altos y graves.

Algunos de los posibles beneficios a corto plazo del tabaco son:

  • Efecto estimulante: el tabaco contiene nicotina, una sustancia que actúa sobre el sistema nervioso central y produce un aumento de la actividad cerebral, la atención, la concentración y el estado de alerta. Este efecto puede durar entre 15 y 30 minutos después de fumar un cigarrillo.
  • Efecto relajante: el tabaco también puede tener un efecto relajante en algunas personas, ya que reduce el estrés, la ansiedad y la tensión muscular. Este efecto se debe a que la nicotina libera endorfinas, unas sustancias que generan sensación de bienestar y placer. Sin embargo, este efecto es temporal y se pierde rápidamente, lo que puede provocar dependencia y necesidad de fumar más.
  • Efecto social: el tabaco puede facilitar la interacción social en algunos contextos, como fiestas, reuniones o pausas laborales. Fumar puede ser una forma de compartir un momento con otras personas, de romper el hielo o de sentirse parte de un grupo. No obstante, este efecto es más psicológico que físico, y depende de las normas sociales y culturales de cada lugar.

¿Cuáles son las vías para dejar de fumar?

Dejar de fumar es uno de los mejores pasos que puede dar para mejorar su salud y bienestar. Por eso, queremos compartir con usted algunas de las vías que existen para ayudarle a dejar el tabaco de forma definitiva.

Una de las vías más efectivas es la terapia farmacológica, que consiste en el uso de medicamentos que reducen el síndrome de abstinencia y la ansiedad provocados por la falta de nicotina. Estos medicamentos pueden ser parches, chicles, pastillas o inhaladores, y deben ser recetados por un médico que evalúe su caso y le indique la dosis y la duración adecuadas.

Otra vía es la terapia psicológica, que se basa en el apoyo y la orientación de un profesional que le ayude a identificar y modificar los hábitos, las creencias y las emociones que le impulsan a fumar. Esta terapia puede ser individual o grupal, y suele combinar técnicas cognitivas, conductuales y motivacionales para aumentar su autocontrol y su confianza.

Finalmente, existen otras vías complementarias que pueden ser útiles para algunas personas, como la hipnosis, la acupuntura, la meditación o el yoga. Estas vías buscan relajar el cuerpo y la mente, disminuir el estrés y generar sensaciones positivas que sustituyan al placer del cigarrillo. Sin embargo, no hay evidencia científica suficiente que respalde su eficacia, por lo que se recomienda usarlas junto con otras vías más probadas.

¿Qué pasa cuando le das un beso a alguien que fuma?

Cuando le das un beso a alguien que fuma, estás expuesto a los efectos nocivos del humo de segunda mano. El humo de segunda mano es el que sale de la boca o la nariz del fumador, o el que se desprende del extremo encendido del cigarrillo. 

Este humo contiene más de 7.000 sustancias químicas, de las cuales al menos 250 son dañinas y más de 50 pueden causar cáncer. Además, puede afectar al sabor y al olor de los alimentos y las bebidas, y reducir el placer de besar.

¿El proceso de dejar de fumar resulta difícil?

Dejar de fumar es uno de los retos más difíciles que puede afrontar una persona. Este proceso implica enfrentarse a los síntomas del síndrome de abstinencia, como ansiedad, irritabilidad, insomnio, aumento de peso, etc. Además, el fumador tiene que romper con los hábitos y las situaciones que le asocian al consumo de tabaco, como el café, el alcohol, el estrés, etc. 

Por todo ello, dejar de fumar requiere de mucha voluntad, motivación y apoyo profesional. Lo más importante es que el fumador esté convencido de su decisión y se comprometa a seguir un plan para lograr su objetivo. Dejar el hábito tiene muchos beneficios para la salud y la calidad de vida: mejorar la capacidad respiratoria y cardiovascular, reducir el riesgo de enfermedades como el cáncer, la bronquitis o el infarto, ahorrar dinero, mejorar el aspecto físico y el olfato, etc. 

Dejar de fumar es posible si se tiene la determinación y la ayuda adecuada. Es un proceso difícil, pero que merece la pena.